miércoles, 7 de marzo de 2012

Casting para actor sin competencia

AUDICIÓN MONOLOGADA A UNA CÁMARA

UNIPERSONAL DE DAVID BLANCO

  

Detrás de tu marca, por favor.  Mira la cámara. Así, muy bien. [Foto]. Ahora, no dejes de mirar a la cámara [Foto]. Dinos tu nombre, tu edad y representante. [Foto]. El papel a la altura de tu cuello. Bien [Foto]. Perfil [Foto]. El otro perfil [Foto]. Vuelta [Foto]. Sonrisa [Foto].  Más grande esa sonrisa. ¡Eso! [Foto]. Ahora dí,  NO TENGO COMPETENCIA.
…aquí es cuando me pregunto:  ¿Cómo lo digo? ¿Qué pasa por la mente de un  actor, como yo, cada vez que debe decir su texto? ¿En qué piensa cuando todos sus años de estudio que le prepararon para ser capaz de envolver cada uno de sus movimientos y expresiones deben sintetizarse en unos segundos frente a  la cámara para demostrarle al mundo su capacidad expresiva?  ¿Qué racionaliza cuando tiene que vertir todo su talento en una sola frase, que envuelve quizás, el sentido de toda su vida? ¿Hay allí un personaje? ¿Cuál es su motivación? ¿Cuál es el subtexto? ¿Cuál es su estado inmediato? ¿Qué es lo que rige sus acciones y palabras? ¿Desde qué recoveco emocional genera la tan osada y significativa frase “no tengo competencia”? Piensa, piensa. Rápido. Opciones:
NO TENGO COMPETENCIA: No tengo contrato vigente con alguna marca semejante a la que se publicitará. O al menos eso digo ahora, después veré cómo le hago.  Necesito el papel.
NO TENGO COMPETENCIA: Soy tan, pero tan talentoso, que nadie puede competir conmigo. Nadie es competencia para mí. ¡Sarta de actores fracasados que ingenuamente piensan, que me ganarán el papel!
NO TENGO COMPETENCIA: Soy incompetente. No sé qué carajos estoy haciendo aquí. ¡Auxilio!
¿Cómo lo digo? ¡Ahhhhh! ¿Qué haría Strasberg si estuviera aquí? ¿Qué diría Grotowski? ¿Stanislavski escribió sobre esto?
O mejor no pienso en nada. Es simplemente una frase estúpida. Como cualquier otra. Como lenguaje de burócrata. Como cualquier otro casting donde lo que menos les importa a ellos es tu talento.
¡Dilo ya! El señor de la cámara empieza a desesperarse. Dilo como sea, no importa. O no. Mejor dilo como si importara mucho. Dilo como si no fuera éste el vigésimo noveno casting del día.  Dilo como si fuera la primer audición que haces en tu vida. Como si realmente fueras a obtener el papel. No racionalices, ¡fluye! Dilo con entusiasmo.  Genera el entusiasmo. Tú puedes. Eres actor. Eres el mejor.  ¡Dilo! ¡DILO YA!